MORIR EN PRIMAVERA

Durante los primeros meses de 1945, las autoridades alemanas incorporaron al ejército a adolescentes fuera de la edad militar en un intento desesperado y absurdo de retrasar la inminente derrota sufrida por su país en la Segunda Guerra Mundial. Ralf Rothmann, nacido en 1953 en una población minera de la Cuenca del Ruhr, narra en esta novela la historia de un chico de diecisiete años que se vio obligado a participar en tan disparatada movilización. Los reclutadores de las Waffen-SS le fuerzan a dejar su oficio de ordeñador en una explotación ganadera y le envían al frente oriental, en Hungría. Durante los tres meses que dura la acción, el joven se enfrenta no a los peligros de primera línea de combate, sino a situaciones de carencias materiales y trágicas experiencias morales que le roban la inocencia y le convierten en un adulto prematuro.
El autor, pese a no haber nacido en la época a la que se refiere, logra transmitir de forma expresiva, el clima de tensa espera en que vive una población que ve cómo los ejércitos enemigos, el soviético y el americano, se encuentran cada vez más cerca de sus poblaciones y sufren a diario bombardeos de gran intensidad. Ya nadie cree en la victoria pero las continuas ejecuciones de desertores y derrotistas imponen la necesidad de fingir actitudes triunfalistas y plenas de confianza en el Führer. La figura del protagonista, perteneciente a un sector social de nivel popular, representa de modo verosímil al muchacho ingenuo, de buenos sentimientos y ajeno a la política, convertido en víctima de unas situaciones que no puede controlar. La obra que se supone escrita, años después, por su hijo, se centra en la trágica intrahistoria de la última primavera de guerra, durante la cual perdieron la vida miles de jóvenes cuya desaparición hipotecó el futuro de Alemania para el resto del siglo XX. El empleo de un estilo hiperrealista, a base de frases cortas, vocabulario coloquial y adjetivación sobria y precisa, se adapta con eficacia al propósito de describir las continuas escenas de muerte y destrucción que se suceden ante la mirada del joven e involuntario SS, su dolor ante el sufrimiento ajeno y la pena por la muerte en combate de su padre. Su resistencia y fortaleza ante la adversidad solo se quiebra en la secuencia más impactante y mejor lograda del bien elaborado desarrollo argumental, referida al momento en que debe formar parte del pelotón de fusilamiento de un compañero, acusado de deserción. Dura y tierna a la vez, en esta novela conviven la amistad y la crueldad, la esperanza y la falta de fe, en un sobrio testimonio histórico de gran fuerza humana.

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