A CIELO ABIERTO

A cielo abierto, novela inspirada en la vida del conde Antoine de Saint-Exupéry (1900- 1944) pionero de la aviación comercial francesa y escritor, ha obtenido el premio Biblioteca Breve en 2017. Antonio Iturbe (Zaragoza, 1967) narra su carrera como piloto de la compañía Latécoère, dedicada a transportar correo por vía aérea, primero entre Europa y África y luego hasta América del Sur.
Al lado del protagonista aparecen también las figuras de otros dos compañeros en la línea aeropostal, Jean Mermoz (1901-1936) y Henri Guillaumet (1902-1940) Los tres fueron grandes aviadores en los años heroicos de las aeronaves primitivas y de la navegación aérea sin apenas instrumentos y todos ellos murieron en diversos accidentes.
Antonio Iturbe inicia su narración en 1921, cuando Saint Exupéry aprende a pilotar y muestra sus apasionados deseos de probar nuevos aparatos, volar de día o de noche y participar en la tarea de abrir nuevas rutas de navegación. Aunque la novela gira en torno a este eje temático, también intervienen sus compañeros y se hace mención de ciertos episodios de su vida privada. En este contexto, se alude a una relación amorosa juvenil, que no llegó a cuajar en matrimonio y a su casamiento con una adinerada viuda hispanoamericana, que acabó en fracaso por mutuas infidelidades. Viajes arriesgados, accidentes, peligros debido al mal tiempo junto a incomprensiones de sus jefes, civiles o militares, dolor por la muerte de otros pilotos en accidentes y despidos injustos, jalonan la brillante trayectoria de este singular héroe del aire. Personaje singular cuyas proezas aéreas han sido superadas en fama por su obra de creación literaria y, en particular, por su famoso libro titulado “Le petit prince”. El aspecto profesional y el humano del protagonista quedan pormenorizados con acierto en esta extensa novela a lo largo de algo más de dos décadas, hasta que la llegada de una nueva generación de jóvenes pilotos y de aviones más avanzados técnicamente, que requieren ser utilizados de modo distinto, obligaron a Saint Exupéry, que ya había perdido a sus dos más íntimos compañeros de vuelo, a retirarse. Las operaciones militares de la Segunda Guerra Mundial, iniciada en 1939, le permitieron volver a realizar algún vuelo de reconocimiento, cuando las lesiones sufridas en varios aterrizajes forzosos le habían forzado a mantenerse en tierra, hasta que su avión fue abatido sobre el Mediterráneo. El autor logra caracterizar de modo convincente a los personajes, tanto principales como secundarios y cuida con esmero los detalles ambientales, tanto los relacionados con la aviación como los relativos a la vida social de Saint-Exupéry, convertido en figura famosa por sus libros. Escrita con un estilo ameno, la trama se sigue con interés y su lectura no exige esfuerzo. El tono realista que caracteriza el tratamiento de los hechos y personas mencionados, cobra ciertos tintes de crudeza al detenerse a describir la tendencia de los aviadores a mantener relaciones simultáneas con distintas amantes en los lugares a donde se desplazaban en sus trayectos aeropostales.

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