AL FINAL DE LA TARDE

Tras su anterior libro La canción de la Llanura, primera entrega de la Trilogía de la Llanura de Kent Haruf (1943-2014), se publica ahora la segunda entrega, ambientada en Holt, peculiar población ficticia situada en la llanura del este del Colorado. De nuevo, están los hermanos Mac Pheron que se han quedado solos tras la marcha a la universidad de Victoria, madre soltera que vivía con ellos y se dedican a trabajar duramente con sus animales en el rancho. En paralelo, se relatan las vicisitudes de un matrimonio que tiene que compatibilizar sus enfermedades psicológicas con la educación y protección de sus hijos de la violencia de un familiar delincuente que les visita esporádicamente con trágicas consecuencias. Por último, DJes un valiente niño de once años que cuida a su abuelo, delicado de salud y un poco cascarrabias.
Las trayectorias, alegrías y dramas de todos ellos se entrecruzan y sus protagonistas asumen los problemas a veces con cierto fatalismo pero en ocasiones con entereza admirable. Haruf dibuja a los habitantes de Holt con la misma sobriedad y economía de recursos que el ámbito en el que se mueven, conversan y viven con ritmo pausado, no hay nada precipitado ni artificioso y su voz contenida y cadenciosa consigue una narración de gran eficacia estética.
A través de estos elementos técnicos asoman retazos de soledad, abnegación, erotismo y alguna acción brutal; temas como el acoso escolar, la maternidad en adolescentes y otros conflictos se tratan con realismo, pero desde una mirada compasiva y humanitaria hacia el hombre y de fondo se advierten los planteamientos éticos de Haruf ante las conductas, con alguna excepción permisiva. Las diferentes historias entrelazadas conforman un fresco costumbrista del centro de estados unidos en esta novela bellamente escrita y, como señala The Washington Post, “Un libro amable en un mundo cruel”.

Reyes Cáceres