ALIAS GRACE

En julio de 1843, en Canadá, tuvieron lugar los asesinatos de un terrateniente y de su ama de llaves. Un hombre que trabajaba como peón en la finca y la empleada del hogar, Grace Marks, de 16 años, fueron acusados del doble crimen y condenados a muerte. Él fue ahorcado, pero a ella se le conmutó la pena capital por la de cadena perpetua, y al fin logró obtener la libertad, tras casi treinta años de reclusión.
La autora (Ottawa, 1939) parte de estos hechos reales para recrear la historia de la inculpada -respecto de cuya participación en el delito no hubo más pruebas que la acusación de su supuesto cómplice-, sin tomar partido ni a favor ni en contra de ella, y sin tratar de resolver los aspectos oscuros del suceso o las contradicciones de reos y testigos. Debido a esto, lo más destacable de la novela es el aspecto costumbrista, que se traduce en una esmerada descripción de detalles, ante todo domésticos, sobre la vida y la sociedad canadiense del siglo XIX. Quizá ello mismo determine que la novela carezca de emoción y de intriga y que la figura de la protagonista no acabe de perfilarse por completo. El estilo es correcto, algo desigual en su expresividad y de fácil lectura. Además de contener referencias naturalistas de índole sexual, la inclusión en la trama de un joven médico que intenta reavivar la memoria de Grace da lugar a una breve escena erótica.

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