ANGELINA PURPURINA ESTÁ A TOPE

Angela, una niña de ocho años a quien sus hermanos mayores de doce y nueve respectivamente, hacen rabiar de modo constante, cuenta en este segundo episodio de sus aventuras tres historias donde se ponen de manifiesto distintos rasgos de su carácter. En la primera narra su encuentro con un precioso cachorro perdido con el que desea tanto quedarse que le quita el collar donde está su identificación antes de llevarlo a casa. Sin embargo, su padre ve un anuncio de su pérdida y lo devuelve inmediatamente a su dueña. En la segunda refiere una típica pelea con sus hermanos que termina con la amenaza conjunta de sus padres de dejarlos a todos sin regalo de Navidad. La tercera, por último, trata de los esfuerzos de Ángela para conseguir el papel de princesa en la función teatral de fin de curso de su colegio. En todas ellas ocupa un lugar destacado su amigo y compañero de colegio Kevin Trufa, hacia el que siente una inconfesada atracción especial. La autora refleja en tono humorístico la situación familiar de la protagonista, de clara inferioridad respecto a sus hermanos, lo que le obliga a agudizar el ingenio para sobrevivir. A veces acierta y otras se equivoca en sus cálculos, pero eso no la desanima sino al contrario, saca provecho de los errores y acepta con deportividad unos fracasos que al final no lo son tanto, si bien se mira. Divertida y bien escrita, la historia de Angelina Purpurina, como la llaman sus hermanos para enfadarla, está concebida con amable realismo en la forma de abordar la problemática de las relaciones fraternas durante la infancia.

© Reseñas bibliográficas Fundación Troa