ANOCHE SOÑÉ QUE TENÍA PECHOS

La autora narra, en esta obra autobiográfica, la experiencia personal de conocer un diagnóstico de cáncer de mama, sufrir una doble mastectomía y recibir un tratamiento bastante fuerte de quimioterapia, todo ello desde finales de 2008 hasta junio de 2009. Se trata de un testimonio realista y directo que no oculta sufrimientos y malos momentos de depresión o de rechazo hacia la mutilación. Sin embargo, aunque constituye una crónica detallada de todos ellos, tiene un fondo luchador y esperanzado, de confianza en la curación física y la recuperación psicológica. Dirigido a mujeres que se hallen en la misma situación que aquí se refleja, este "itinerario de una enfermedad", como expresa el subtítulo, insiste en no ocultar sus aspectos más amargos de indefensión, discapacidad, etc., y la necesidad de apoyo afectivo, de consuelo y de ayuda material para actividades habituales de alimentación, vestido, etc. Sin embargo, aunque subraya también la importancia de no olvidar la meta que se persigue y cuya consecución exige aceptar situaciones deprimentes e incluso humillantes con buen ánimo, esta actitud constructiva se basa exclusivamente en el sentido práctico, sin perspectiva transcendente, ya que la autora manifiesta: "Creer en Dios no me consuela. Dios me asusta".

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