- Editorial: SALAMANDRA
- Año de edición: 2016
- Materia: Memorias. Diarios
- ISBN: 978-84-9838-720-9
- Páginas: 352
- Encuadernación: Rústica
- Colección: Narrativa
- Idioma: Español
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Henry Marsh(Oxford,1950), jefe del servicio de neurología en el hospital St. George de Londres, considerado como uno de los mejores neurocirujanos del país, recoge en este volumen sus memorias profesionales. Cada capítulo refiere experiencias relacionadas con la práctica de un tipo distinto de intervención quirúrgica en el cerebro, para extirpar tumores, benignos o malignos, tratar aneurismas o angiomas y remediar neuralgias dolorosas.
La obra, cuyo título Ante todo, no hagas daño, alude a los términos del juramento hipocrático, pone de manifiesto las difíciles decisiones que, a vida o muerte, debe afrontar constantemente el cirujano ante casos de extrema gravedad. Urgencias, incertidumbres, y el temor a causar daños irreversibles son sentimientos habituales en el médico que ante todo, desea curar pero no siempre está seguro de cómo conseguirlo. El Dr. Marsh recuerda y reconoce de forma humilde, casos en los que cometió involuntariamente errores graves, o bien facilitó que los cometiera algún miembro de equipo al confiar demasiado en su capacidad. Del mismo modo, se refiere a los momentos felices en los que al abandonar el quirófano sentía haber vuelto a la vida a un paciente y evoca la felicidad que le causaba dar buenas noticias a los angustiados familiares que aguardaban su diagnóstico. A pesar de su veteranía y prestigio, Henry Marsh se expresa con naturalidad y estilo sencillo al describir el desarrollo de su carrera a través de los años de ejercicio. Destaca de modo particular la satisfacción que experimentó al tener ocasión de transmitir a los médicos de Ucrania los conocimientos y técnicas operatorias de los que se ha servido el mismo. El lector profano en la especialidad de neurocirugía puede no comprender el sentido de sus explicaciones sobre las formas de abordar las diferentes clases de intervención quirúrgica, pero no dejará de apreciar la intensa dedicación vocacional que transmiten estas memorias y la alegría que siente al haberse dedicado a su ejercicio. Inclinado a poner en práctica el principio de que es mejor actuar que dejar seguir su curso a la enfermedad, el autor defiende esta idea con claridad cuando se trata de pacientes jóvenes. No ocurre lo mismo al referirse a personas ancianas por falta de una consideración trascendente del sufrimiento.
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