ANTES QUE SEA TARDE. CÓMO PREVENIR LA TIRANIA DE LOS HIJOS

El autor denuncia que los niños están expuestos a más fuerzas corruptoras que nunca, y es necesario ayudar a los padres a que ejerzan intencionadamente y con fortaleza su labor educativa.
El permisivismo actual consiente en conductas caprichosas e intolerantes en los hijos que llegan a utilizar a los padres como medios para conseguir sus deseos. El llamado síndrome del emperador categoriza a un tipo de niños con una ausencia de empatía, nula conciencia, marcado egocentrismo, violentos y manipuladores. Es necesaria una formación moral de los hijos, desarrollar en ellos un sentido del bien y del mal y un correcto y constructivo sentido de culpa que les permita rectificar sus errores. La televisión enseña valores muy consumistas y hedonistas, y el logro de éxitos fáciles. Si se permite que el niño imponga, por encima de todo y de todos, su propia voluntad, se está fomentando un egocentrismo, siempre insatisfecho. El autor afirma que, aunque el temperamento tenga una fuerte carga hereditaria, no deja de ser moldeable por la educación y el autocontrol. Se sugiere además una educación cognitiva, para que los pensamientos en torno a uno mismo se encaucen a captar las necesidades de los demás.Así se erradicarán comportamientos violentos y la utilización coercitiva del adulto para lograr sus deseos.Se proponen estrategias para el desarrollo de la sensibilidad y de la emotividad, así como para la inhibición de acciones antisociales y la educación en virtudes.

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