ANTIGUA SANGRE

John Connolly, (Dublín, 1968), comenzó hace años con la serie de Charlie Parker, hasta llegar a la actual, la 18, que enlaza con la anterior, La mujer del bosque. Aquí parece que toca fondo con esta novela de abundantes páginas como suele ser habitual en él. Los personajes son ya conocidos: Quayle, el abogado inglés, que no muere, y su sicaria Pallida Mors, que intentan recuperar unas vitelas que forman parte de un Atlas, y que tiene la propiedad, según dicen, de transformar el mundo, de crear un mundo nuevo y terrible. A Parker, le acompañan los inseparables Ángel y Louis, uno con cáncer y otro con las secuelas de un balazo. Como siempre la presencia de lo sobrenatural es un componente irremplazable de la novela. Parker un personaje polifacético, con inmensas carencias afectivas y con una moral en muchos casos difícil de justificar, va en busca del bien, pero en muchas ocasiones los medios no son los apropiados moralmente. Pero no obsta para que tenga siempre una mirada humana, de comprensión del error, del fallo humano, de la miseria y del mal en el hombre. El último personaje en la sombra es el agente Ross, del FBI, que mantiene una extraña relación con Parker, pero que a los dos les conviene.
En Connolly todo es distinto y la trama transcurre por muchos laberintos, todos ellos plagados de mal. No puede quedarse tranquilo el lector, porque los escenarios son variados, y van pasando por el tiempo y las épocas, dando lugar a una arquitectura compleja, en la que poco a poco se va desenvolviendo la trama y el desenlace se va viendo venir. Los asesinatos, después del primero en Estados Unidos, se suceden cada vez más atroces, esta vez en Europa, y la policía está desalentada, desconcertada, la apariencia es asesinatos rituales. Y para los que conocen la serie, acaban saliendo “los patrocinadores”. Por último, entra en escena una extraña secta pagana, los familistas, que ya había aparecido en anteriores entregas de la serie. Pero no todo acaba aquí, hay referencia a temas actuales, como la emigración, el racismo o las terapias sexuales.
La novela, como todas las anteriores es culta, los temas artísticos y bibliográficos están tratados con profundidad y las referencias bibliográficas al final de la novela son una buena prueba de ello. Es evidente que no gustará a todos, pero no deja de ser una de las series más originales del género: puede gustar o no pero siempre habrá que reconocer que estamos ante un producto literario de calidad.

TROA