ARDOR GUERRERO

Relato autobiográfico en el que el autor (n. 1956) narra sus recuerdos de la época en que le correspondió hacer el servicio militar (1979-80), primero en Vitoria y luego en San Sebastián.
No se trata de una novela, sino de una crónica muy minuciosa, en la que el protagonista actúa como acusador de una vida castrense obligada que le parece inútil, absurda y vejatoria. El recuento de aquellos meses está hecho en términos muy próximos a los empleados por quienes refieren experiencias en los campos de concentración nazis. El autor da una impresión de universitario "rojo", tal como se autodefine, frente a los militares, de "hombría beoda" y "ademanes bestiales". Literariamente la obra no encierra aciertos destacables, salvo algunas descripciones ambientales o de tipo psicológico. Unas cuantas obscenidades muy cuartelarias y las inevitables declaraciones de progresismo fervoroso alternan con el tono quejumbroso y melodramático que caracteriza al estilo, muy recargado de adjetivos en su vehemente afán de denuncia.

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