¡BUEN CAMINO, JACOBO!

Jacobo vive en Canfranc y padece una extraña dolencia única en el mundo. Se la diagnosticaron a los seis años: gonfletes. Esta enfermedad le impide trabajar, de modo que se dedica a ayudar a su padre con las vacas. A los dieciocho años por culpa de los gonfletes le declaran incapaz para el servicio militar. Y eso en un pueblo no se perdona: todos sus vecinos le empiezan a llamar inútil. Hasta que un día, harto de dedicarse a ver pasar la vida, decide romper con todo e irse a hacer el Camino de Santiago.
Así empieza el peregrinaje de Jacobo desde Canfranc hasta Santiago de Compostela. Un camino largo, que emprende con pocas cosas en su mochila: su inocencia, su inexperiencia y su deseo de cambiar las cosas. Con esos buenos deseos, Jacobo inicia treinta y tres largas jornadas, de pueblo en pueblo. Canfranc, San Adrián de Sásabe, Jaca, Berdún, Sangüesa, Santo Domingo de la Calzada, Frómista, Villafranca del Bierzo… son algunas de las localidades en las que se detiene para pernoctar y continuar el áspero camino.
El libro va desgranando multitud de anécdotas de cada una de esas jornadas: simpáticas unas, llenas de costumbrismo; otras muy divertidas, que arrancan la carcajada del lector; las hay emocionantes, como la singular llegada a Santiago, o incluso entrañables, como aquella en que una sencilla familia de Burgos le recoge con fiebre en la calle y le cuida con gran cariño.
Es un libro singular por lo atípico y alejado de planteamientos estrictamente comerciales. Se trata de un relato para niños a partir de diez años, aunque el protagonista es un joven de dieciocho. Hay que decir que la mayor parte de la anécdota transcurre en la España rural de hace unas décadas, y que nuestro protagonista no está dotado de gran inteligencia. Resulta sin embargo completamente entrañable; sus correrías atrapan al lector, le hacen sonreír y apreciar la bondad y la ingenuidad de Jacobo.
El libro es, en cierta medida, un peculiar viaje iniciático en el que el joven que lo emprende ya no volverá a ser el mismo que partió de su pequeña aldea. Las treinta y tres jornadas que lo separan de Santiago de Compostela lo han ayudado a madurar.
El autor, Fernando Lalana, nació en Zaragoza. Ha escrito numerosos libros infantiles y juveniles y ha sido galardonado con los principales premios literarios españoles en el ámbito de la Literatura Infantil y Juvenil, como el Premio Nacional y el Cervantes Chico. Begoña Lozano.

Begoña Lozano