CAÍDO DEL CIELO

Un matrimonio de clase media de Nueva Delhi protagoniza la primera novela publicada por Diksha Basu, actriz ocasional y licenciada en Economía por la universidad norteamericana de Cornell. El título, Caído del cielo, alude al dinero que el marido recibe al vender una startup diseñada por él a una empresa informática. Después de muchos años de vida modesta, los millones de dólares recibidos por esa venta que considera “caídos del cielo”, le permiten comprarse un coche de lujo y cambiar de forma de vida, al instalarse en una vivienda bien amueblada y situada en un barrio caro.
Mientras su único hijo derrocha el dinero en Estados Unidos fingiendo estudiar, los padres tratan de adaptarse a los usos y costumbres de sus nuevos vecinos habituados a la riqueza. Sus intentos producen resultados diversos, unas veces mejores que otras, según las circunstancias. La autora refleja con ironía sutil los cambios que se van produciendo de modo constante en la forma de actuar del matrimonio, típica de unos nuevos ricos pese a los esfuerzos que hacen por no parecerlo. El contraste entre la actitud más sensata y prudente de la mujer y los gastos incontrolados de su consorte, forma el eje de una trama que refleja la evolución que se ha producido durante los últimos años en la sociedad urbana hindú. Tradición y modernidad de influencia europea conviven, a veces con dificultades en el entorno que rodea a los protagonistas. Mientras sus antiguos vecinos los despiden con cierta envidia, puesto que su mudanza indica prosperidad, los nuevos miran con cierto recelo a unos recién llegados que aún no conocen bien el uso de ciertas instalaciones domésticas, recientes y costosas de las cuales carecían en su antiguo barrio. Para su hijo, después de haber vivido en Nueva York este problema no existe pero, en cambio, todavía no sabe qué hacer con su futuro y duda entre permanecer en Estados Unidos o permanecer en su país y colaborar en la tarea de impulsarlo hacia la prosperidad. Escrita con estilo sencillo y una técnica narrativa de factura comercial, la obra resulta entretenida y, aunque en la trama abundan los elementos sentimentales donde se manifiesta cierta permisividad de conducta, tras ellos aparecen referencias sociales que proporcionan una mayor densidad a su contenido.

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