CARLOS III

Amplia y documentado estudio biográfico sobre el rey Carlos III (1716-1788) hijo de Felipe V de Borbón y de Isabel de Farnesio que accedió al trono de España al morir sin sucesión su hermanastro Fernando VI, en 1759.
El historiador y rector de la Universidad de Lérida Roberto Fernández (Hospitalet, 1954) se remonta a los orígenes del reinado de Felipe V cuando, finalizada la Guerra de Sucesión (1700-1714) introduce la dinastía borbónica en el trono de los Habsburgos españoles, vacante a la muerte de Carlos II. El autor se refiere a las tensiones de la política europea que enfrentaban a las grandes potencias en su deseo expansionista y observaban con creciente recelo cómo la alianza de los Borbones de Francia y España les situaban en una posición relevante respecto a Inglaterra, Austria y Prusia. Prueba de ello es que el joven Carlos, proclamado con 18 años, en 1734, como rey de Nápoles y de Sicilia, amplia la influencia de la Casa de Borbón en las dos orillas del Mediterráneo. Tras desempeñar con brillantez sus tareas de gobierno en Italia, a la muerte de Fernando VI, se traslada a Madrid para ocupar el trono de España con el nombre de Carlos III. Sus años de experiencia en Nápoles le permiten afrontar con éxito desde el primer momento las medidas para modernizar un país sumido en una profunda crisis política, institucional, económica, social y cultural. El nuevo rey se rodea de expertos en las diversas materias que incorporan los aspectos más positivos de la Ilustración y con el fin de impulsar el progreso y bienestar de los súbditos, acomete una serie de reformas que no tardan en producir resultados beneficiosos. El espíritu práctico del monarca le lleva a emprender un programa de obras de infraestructura y desarrollo de los recursos agrícolas y mineros que refuerzan la Hacienda Pública y reactivan la economía al tiempo que se crean sociedades dedicadas a promover el estudio de las ciencias y cultivo de las letras. Actividades que Carlos III, dotado de unas cualidades de austeridad, paciencia, moderación, inteligencia y fuerte sentimiento religioso, mantuvo con notable tenacidad hasta pocas horas antes de su muerte ejemplar. Roberto Fernández, además del rigor documental propio de una obra de investigación aporta anécdotas personales e íntimas que humanizan la figura del monarca y le confirman como uno de los reyes más destacados de la historia de la monarquía española.

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