CARTAS A PALACIO

La neutralidad española durante la Gran Guerra de 1914-18 sirve de marco ambiental a este relato novelado que refleja, a través de una amplia galería de personajes, las diversas actitudes de la sociedad española ante el conflicto, en aquellos años.
El rey Alfonso XIII, su secretario Álvaro Giner y la aristócrata Blanca Alerces, representan a las clases altas y los hermanos Elisa y Gustavo Fuentes a la burguesía bien relacionada. Por último, el intelectual anarquista Manuel Lope y Carmen, la bella gitana andaluza, encarnan el papel de los más desfavorecidos, que reciben ayuda de los poderosos. Unos y otros acaban por coincidir en torno a las actividades de la Oficina Pro-Cautivos que existió realmente en Palacio por expresa voluntad del rey, con el fin de aliviar los sufrimientos de los miles de prisioneros de la Gran Guerra, de cualquiera de los bandos en lucha. Centenares de cartas de familiares de los combatientes dirigidas al monarca fueron atendidas y, en la medida de lo posible, satisfechas. En muchos casos el éxito se debió a la gestión particular del propio monarca que, a través de sus relaciones con las Casas Reales de Inglaterra, Alemania, Rusia y Austria o la República francesa, consigue liberar cautivos, localizar desaparecidos o impedir ejecuciones sumarias. De forma paralela al desarrollo de la acción altruista promovida por el rey, se intercalan diversas historias ficticias de amor donde intervienen los protagonistas, a los que afectan las tensiones sociales derivadas de las diferencias de clases entre pobres y ricos. Pese al excesivo número de personajes y a frecuentes cambios de escenarios, situados en capitales europeas, frentes de trincheras y campos de prisioneros, el autor acierta a enlazar las sucesivas secuencias argumentales con una técnica narrativa firme que se adapta de modo flexible a los distintos ambientes en los que transcurre la acción. Dentro del buen tono general que predomina en las relaciones entre los personajes, aparecen concesiones explícitas al sexo y actitudes tolerantes respecto a la homosexualidad.

© Reseñas bibliográficas Fundación Troa