CELIA EN LA REVOLUCIÓN

Celia en la Revolución de Elena Fortún, es una novela prologada por Andrés Trapiello que prosigue las vivencias de Celia Gálvez, que ha dejado de ser niña y con 15 años tiene que ocuparse de su familia y ser testigo de la Guerra Civil. En 1936 han fusilado a su abuelo y ella, con sus hermanas Teresina y Mila, la fiel Valeriana y su padre enfermo se refugia en Madrid. Las dos pequeñas son evacuadas a una colonia infantil pero Celia permanece en la capital desde donde cuenta los horrores de la guerra. Sufre hambre, bombardeos, la muerte de amistades. Servicial y valiente, no se arredra en ir de madrugada a buscar comida con gran riesgo o comer las cosas más inmundas o pasar autentica necesidad. La joven vive una temporada presidida por la angustia en la que también se enamora aunque sin un final exitoso. Durante los tres años que duró la contienda irá de acá para allá en busca de sus hermanas a las que les ha perdido la pista. Vivirá en Albacete, Barcelona y Valencia para volver a Madrid al final del conflicto y marchar finalmente a Francia.
La historia está contada de forma lineal y con sencillez a través de la voz de Celia, un tanto ingenua, ya que es casi una adolescente con nula formación política y en el fondo no sabe lo que está ocurriendo y carece de perspectiva. Elena Fortún escribe con el lenguaje de la época rescatando palabras olvidadas y ambienta con acierto la España de la época por lo que es un testimonio bastante reconocible del momento. La novela adopta el punto de vista psicológico de la protagonista que contempla los hechos entre horrorizada y sorprendida. Aunque ella es católica de convicción, personalmente no se posiciona a favor de ningún bando y condena la violencia venga de donde venga, por influencia paterna estará más cerca de los republicanos, algo que se refleja en algún comentario.

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