CINCO RATONES

Una anciana que afirma ser analfabeta, le pide a una niña de nueve años, hija de una vecina, que le escriba las cartas para su único hijo que vive en Tasmania. Como pago, cada día que se dedica a esta tarea, al despedirse, la anciana le regala un libro adecuado para su edad siempre lujosamente encuadernado. La madre de la niña, influenciada por las murmuraciones de los otros vecinos del edificio sobre la precaria salud mental de la anciana, no quiere que su hija siga visitándola. Sin embargo, tropieza con la total oposición de esta a abandonar a una mujer encantadora y amable a quien ve muy sola. Tanto el contenido de las cartas como el hecho de que nunca reciban respuesta, induce a la protagonista a acudir a un profesor con quien tiene especial confianza, para que la ayude a averiguar si realmente existe la dirección a donde envía la correspondencia y si es posible localizar al destinatario. El autor ha concebido una tierna historia de amistad entre dos personas separadas por muchos años de diferencia y unidas por el afecto y la comprensión mutuas. Las aventuras de ratones que la anciana le dicta para que las escriba, acompañadas, a veces por graciosos poemas infantiles, forman un conjunto de literatura fantástica de grata lectura. Los hechos reales que se ocultan tras la vida aparentemente tranquila de un vecindario común y corriente, sirven para destacar el buen corazón de la niña y la triste situación de una persona que tiempo atrás alcanzó notables premios en su brillante carrera como escritora y después luchó con valentía frente al progresivo deterioro de sus facultades intelectuales. La calidad notable estética del texto, cuidadosamente redactado, acentúa el efecto favorable que, por su contenido, puede causar en los lectores infantiles a los que va dirigido.

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