CÍRCULOS CERRADOS

Círculos Cerrados en una novela policíaca de la serie protagonizada por el inspector Thomas Andreasson y su colaboradora extraoficial, la abogada Nora Linde, que le ayuda a resolver problemas burocráticos que pudieran invalidar las pruebas presentadas ante el juez por los agentes encargados de resolver los casos.
Viveca Sten (Estocolmo,1959) sitúa la acción, como en los títulos precedentes, en el exclusivo ambiente del Real Club de Vela domiciliado en la isla de Sandham que forma parte del archipiélago situado a la altura de Estocolmo y ofrece a los navegantes aguas tranquilas y paisajes de gran belleza. En plenas vacaciones de verano y en torno a las instalaciones del Real Club, se alinean las embarcaciones que van disputar la vuelta a Gotland, una de las regatas de vela más prestigiosas de Suecia. Numerosos aficionados se disponen a seguir de cerca las incidencias de la carrera cuya salida el árbitro indicará en breve mediante una señal acústica. La atención se centra en el espectacular yate del abogado y miembro directivo del Real Club Öscar Juliander que, con él al timón, se considera seguro vencedor de la prueba. La salva de cañón que anuncia la salida, oculta el disparo de un rifle de larga distancia que, al impactar en el cuerpo del famoso abogado, le ocasiona la muerte ante los aterrorizados ojos de sus tripulantes. La resolución del crimen queda a cargo del inspector Thomas que, junto a los agentes de su equipo, emprenden una investigación de extrema dificultad, dada la aglomeración de centenares de embarcaciones desplazadas alrededor de la isla, desde las cuales se pudo efectuar al disparo mortal. Los agentes interrogan en primer lugar a los miembros del Real Club de Vela de Sandham, así como a los empleados, colegas y socios del fallecido, que aportan testimonios contradictorios sobre la conducta y personalidad del abogado. Mientras algunos dedican encendidos elogios a su capacidad profesional y honradez, otros descubren aspectos de dudosa moralidad en su vida privada. Distanciado de su mujer y seductor empedernido, Juliander frecuentaba numerosas amantes a las que abandonaba una vez satisfechos sus caprichos sexuales. Existían, por tanto, un gran número de personas afectadas, mujeres humilladas y maridos celosos, dispuestos a eliminar al causante de sus desgracias. Al elevado número de sospechosos movidos por el rencor, se añadían clientes defraudados que se consideraban víctimas de las frecuentes ilegalidades cometidas por el abogado al amparo de su prestigioso bufete. A solicitud del inspector Thomas, Nora Linde, colega de profesión de Juliander, descubre la existencia de una cuenta millonaria a su nombre en el paraíso fiscal de Leinchenstein, cuyos movimientos se niega el banco a facilitar con el pretexto de respetar los intereses del cliente. Al tiempo que avanzan las pesquisas policiales, los problemas afectivos y personales de los protagonistas, Thomas y Nora Linde, cobran especial relieve y aportan elementos humanos que animan la monotonía del proceso del esclarecimiento del caso. Destaca, además del talento narrativo desplegado por la autora en la descripción de los ambientes propios del mundillo de la vela deportiva que sirven de marco a una compleja trama criminal donde están involucrados distinguidos miembros de las finanzas, de la empresa y de la alta sociedad de Suecia.

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