CLIMA

Jenny Offill (Massachusetts, 1968) es una novelista y editora estadounidense. Su novela Departamento de especulaciones fue puesta en la lista de los 10 mejores libros de 2014 por The New York Times Book Review. Clima es su última novela.
Lizzie es bibliotecaria en la universidad de Brooklyn, además de ayudante de una profesora dedicada a conferenciar sobre el futuro incierto que le espera al mundo ante el cambio climático. Su entorno familiar lo forman su hijo Eli, su marido Ben, su perra y, eventualmente, su hermano Henry, en proceso de recuperación de su adicción a las drogas cuya personalidad compleja dificulta en muchas ocasiones la convivencia. El trabajo de Lizzie en la biblioteca le permite conversar con todo tipo de personas, la mayoría del ámbito universitario, algunos extravagantes, otros inseguros o con problemas particulares a cuestas. Por otra parte, ser ayudante de Sylvia le obliga a contestar mails de personas extremistas de todo tipo interesados por el tema del cambio climático, recurrente en las conferencias de la profesora. A pesar de todo, Lizzie intenta ser positiva. Sin mucho convencimiento va a unas clases de meditación que se imparten en la universidad a cargo de una psiquiatra que le aportarán algo de ayuda para reflexionar sobre ideas difíciles de encajar dando forma a su propia argumentación.
Fiel a su propio estilo, Jenny Offill hace girar la acción entorno a la protagonista femenina que, actuando como narradora, utiliza párrafos breves que le facilitan un distanciamiento de la escena y la reserva de su propia intimidad. El estilo indirecto y la sobriedad en las exposiciones, con apenas diálogos, marca el posicionamiento que la protagonista toma ante la vida como fruto de las circunstancias y de su libertad.
El eje de la trama estará en el entorno familiar y el ambiental. Las incidencias domésticas, los miedos y las dudas que surgen ante un futuro incierto en un mundo global y el riesgo del cambio climático, será el hilo de la argumentación. A pesar de dar la impresión de una narración fragmentada, mantiene la consistencia y la coherencia interna hasta el final.
A pesar de reflejar un estilo de vida algo descuidado, sin embargo, subyace el deseo de estabilidad matrimonial y de relaciones familiares junto al aprecio de unas convicciones espirituales algo ambiguas, pero necesarias.

Encarnita Herraiz