CLUNY BROWN

Esta novela, publicada en 1944 y ambientada en la Europa de entreguerras, esconde, bajo la aparente monotonía y los rituales costumbristas de la sociedad rural inglesa del siglo pasado, una bomba de relojería. Una joven que no sabe estar en su sitio (“¿Quién te crees que eres, Cluny Brown?”) acaba como sirvienta en Friars Carmel, mansión en la campiña inglesa. Su tío, y tutor, le consigue ese empleo con la esperanza de que se integre y adapte a las normas sociales de la época: encuadrarse en su clase social y gobernarse por estrictas reglas de educación. Y, especialmente, que aprenda a reprimir los sentimientos y su natural espontaneidad.
Bomba de relojería porque, desde la inocencia y naturalidad de una joven inconsciente de su atractiva personalidad es capaz de despertar la atención de todos los que la rodean. Tiene una capacidad de extrañamiento que lleva a los demás, cuando menos, a cuestionarse acendradas costumbres: el miedo de su tío, el eficiente fontanero Arnold Porritt, a exteriorizarla afectividad; que el heredero Andrew se interrogue por los límites impuestos a los criados; que la sensata señora Maile, ama de llaves de Friars Carmel, asuma relajar sus estrictas normas. Por otra parte, la naturalidad y espontaneidad de Cluny -escondida tras un físico anodino a primera vista- tiene la virtud de atraer el interés de caballeros muy distintos: desde la frustrada aventura pretendida por el frívolo señor Ames, pasando por el distinguido y valorado farmacéutico Wilson -que llegó a solicitar formalmente su mano-, hasta su repentina boda con Belinski, el vitalista escritor polaco al que conoce en Friars Carmel.
Que una novela escrita en el siglo pasado mantenga esa sensación de frescura y novedad se debe a valores como el irónico y cuidado estilo literario, con una prosa directa y transparente. La descripción del entorno natural, con bellas imágenes de la campiña inglesa en primavera como escenario adecuado en el que parecieran actuar los personajes. Los diálogos y las incisivas anotaciones de la autora crean ese ambiente verosímil en el que se desarrolla la novela. Por último, destacar el inteligente tratamiento de los personajes: la autora posee una gran capacidad para indagar en el alma humana y, lo que es notable, transparentarla certeramente en acciones, reflexiones, gestos y miradas de los personajes.
El lector se verá inmerso en el microcosmos que es Friars Carmel, donde reina una mirada comprensiva con la realidad del ser humano y en el que las mujeres, relegadas socialmente, destacan por su fuerte personalidad. Es más, la llegada de Cluny Brown a Estados Unidos será una exacta metáfora de la libertad y de la liberación de la mujer.

TROA