COLOR ROJO CULPABLE

Es la última semana de colegio. Carol, Álex, Manu y Erika preparan junto con su profe Ramón el baile de fin de curso al ritmo de Michael Jackson cuando se enteran de que la madre de Erika ha perdido el anillo con una piedra azul que le regaló su marido y que se pone siempre el día de su aniversario de boda: el nuevo trabajo de investigación de los cuatro amigos y detectives de “la Lupa” consiste en descubrir qué ha sido de él. Al mismo tiempo, cada uno tiene una preocupación y un misterio propios que resolver: ¿es Lex, el perro de Erika, el que pone la casa patas arriba cada vez que se queda solo? ¿Y de dónde ha sacado su hermano Jaime su cámara nueva? ¿Por qué está tan triste Carmen, la hermana de Manu? ¿Qué le preocupa a Mario, el hermano mayor de Álex? ¿Y por qué ha desaparecido el CD de Michael Jackson? Estas son algunas de las preguntas que tiene que responder la pandilla Lupa.
Los cuatro protagonistas recogen en sus diarios los acontecimientos de esos días y la vida y los problemas cotidianos de sus respectivas familias, así como sus propias aficiones: Álex y su visión “galáctica” del mundo; Carol y su pasión por el baile y la guitarra, y su estrecha relación con la abuela Pili; los entrenamientos de judo y de waterpolo de un Manu algo inseguro; y Erika y sus animales: Lex y la tortuga Coliflor.
Todos los misterios se resuelven felizmente y las relaciones y el ambiente familiares que rodean a los niños son siempre amables y positivos. Los padres de Álex abordan con sensatez el suspenso en mates de Mario, que éste sabe asumir de un modo responsable. La amistad queda siempre por encima de las diferencias de carácter y preferencias de los cuatro amigos, unidos como una piña cada vez que alguno necesita apoyo de los otros. Los conflictos entre hermanos y compañeros (las aguadillas que sufre Manu en los entrenamientos de waterpolo, por ejemplo) pueden acabar bien con algo de buena voluntad. La relación de “colegas” que une a los alumnos con el moderno “profe Ramón” tiene poco que ver con los enfoques más tradicionales de la enseñanza, pero coincide con el tono positivo y desenfadado del libro en su conjunto.
Los diarios de los niños reflejan también su propio estilo a la hora de escribir, con un vocabulario muy comprensible y adaptado a la edad de los lectores.

© Reseñas bibliográficas Fundación Troa