COMANDANTE

Un relato sencillamente entrañable. Novela original, escrita a cuatro manos. Edoardo de Angelis (Nápoles, 1978) es director de cine y guionista; Sandro Veronesi (Florencia, 1959) es periodista, ensayista y uno de los mejores novelistas del momento italiano. El relato viene precedido de una Introducción firmada por Sandro Veronesi en la que se justifica una historia que tiene como protagonista a un marino italiano, Salvatore Todaro, comandante de un submarino durante la Segunda Guerra Mundial. Todaro ha sufrido una lesión muy importante en un combate y lleva una especie de coraza metálica para poder seguir trabajando y aunque es un sufrimiento tremendo, nunca toma la morfina que le han prescrito los médicos para el dolor.

Parten de La Spezia, la base naval, y después de la aventura de pasar el estrecho de Gibraltar y ya en el Atlántico, en la zona donde les asignan, hunden un transporte belga y aunque las órdenes de Donitz, el almirante alemán, de no recoger náufragos de los hundimientos, era tajante, Todaro las ignoró y recogió a los sobrevivientes, aduciendo que "somos marinos" y siempre recogemos a los náufragos. Esta novela nace a raíz de tantos migrantes que mueren en las aguas del Mediterráneo sin que nadie los socorra.

Está planteada en capítulos cortos cada uno con un protagonista en la vida de Todaro, comienza por su mujer, continúa con él y se va pasando revista a una enfermera, su ayudante a bordo, al radiotelegrafista, a otros marineros, artilleros, etc. y luego a algunos de los náufragos que han recogido y que Todaro está decidido a ponerles a salvo como mandan las leyes del mar.

En el relato a través de las impresiones de los que van escribiendo se descubre todo un mundo lleno de humanidad, unos personajes que tienen que sufrir la dura vida del submarino, siempre al borde de la muerte, y más cuando tienen que recoger a los náufragos, haciendo un esfuerzo sobrehumano para poder permanecer todos dentro del submarino, en el que ya iban muy apretados. Es una maravillosa pintura del corazón humano más noble y como es natural también se ve la mezquindad, en este caso protagonizada por dos belgas, pero todos la rechazan. Por encima de todo está el arrojo de Todaro, capaz de hacer cualquier cosa para poner a salvo a los que ha rescatado. En las cartas a su mujer se descubre su grandeza de corazón y su generosidad.

Escrita a través de cortos capítulos, siempre en un tono intimista y con un lenguaje culto y cuidado, en algunos momentos casi poético, su lectura es una delicia y un descanso. Es una novela que incita a volverla a leer.

TROA