COMO EL VIENTO ENTRE LOS ALMENDROS

La novela arranca poco después de 1948, ya en pleno conflicto palestino-israelí y comprende siete décadas. Ichmad, con doce años, vive pobremente en una aldea con sus cinco hermanos y sus padres, unidos y felices a pesar de todo. La muerte de una de las niñas a causa de una mina es el punto de inflexión de una serie de infortunios. Son expulsados de su casa, construyen otro sitio donde vivir que también es destruido, detienen a su padre, Baba, quien es sometido a tortura hasta su liberación al cabo de varios años. Ichmad y Abbas trabajan duramente por mantener a su familia pero Abbas tiene un accidente y queda muy limitado físicamente. Ichmad posee especiales dotes para la ciencia y su maestro le anima a que vaya a la universidad a pesar del sacrificio que supondrá para los suyos. Logra ir a Harvard donde convive con estudiantes israelíes y se licencia en tres carreras. Tras un amor frustrado con una joven judía se casa con una palestina de escasa formación con quien se instala en Estados Unidos. Abbas ha empezado a colaborar con Hamás, cegado por la sed de venganza, no entiende la actitud de su hermano y nace la rivalidad entre ellos. Tanto Baba como Ichmad intentan serenarle sin conseguirlo.
La autora ha estado siete años en Israel para documentarse y escribir este libro cuya historia cautiva de principio a fin. La narración es sencilla, lineal y en primera persona sin pretender una exhibición literaria sino lanzar un mensaje y relatar las vivencias del protagonista, un fuera de serie que consigue empatizar con el lector. Aunque hay secuencias alegres, de humor y ternura -debido a la temática- se incluyen apuntes trágicos y violentos, mostrados crudamente y se relatan acciones crueles por parte de los judíos pero sin rencor ni presentados de forma excesivamente maniquea. Los amores de Ichmad se describen con leve erotismo. A lo largo del libro se resalta el amor familiar, la generosidad, el tesón, la capacidad de perdonar así como la necesidad de hacer asequible la educación a la infancia. M. Cohen hace mucho hincapié en el recurso al factor sentimental, pero se mitiga con el contrapeso de la dureza de algunas situaciones y el conjunto es una lección moral que induce a reflexión.
Michele Cohen Corasanta es norteamericana de origen judío. Licenciada por la Universidad Hebrea de Jerusalén y por la Universidad de Harvard, esta es su primera novela.

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