CON MI MADRE

Evoca la autora en este libro los recuerdos que conserva de su madre, fallecida el 26 de enero de 1999, y la íntima relación que unió a ambas a lo largo de algo más de medio siglo. Soledad Puértolas aparece como una mujer muy característica de la generación española a la que pertenece. El entorno familiar parece estable y acogedor, siendo ella la que se despega de él al casarse con veintiún años y al vivir después en diversos lugares. La vinculación con la madre se desarrolla así en un clima de independencia personal, pero con una supeditación afectiva muy fuerte. Tras su muerte, el afecto se plasma en un sentimiento de pérdida, teñido de cierta culpabilidad por las ocasiones desperdiciadas de devolver el amor recibido y por una tardía comprensión de actitudes antes poco entendidas. Se refleja cierta ambiguedad espiritual e intriga ante la religión. La obra describe este complejo entramado psicológico con estilo sencillo, intimista y de lenguaje fácil. La autora escribe a impulsos de emociones sentimentales y hace un balance, poético y literariamente bien expresado, de una figura querida y entrañable.

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