CRÍMENES IMAGINARIOS

Novela psicológica protagonizada por un joven escritor que no acaba de lograr el éxito. Su apacible vida en la campiña inglesa y el carácter tranquilo de su mujer ejercen sobre su imaginación un efecto esterilizante. El matrimonio decide separarse una temporada para mejorar la situación, y el marido comienza a fantasear, haciendo creer a los demás que pudo haber asesinado a su esposa. Este fingimiento produce felices resultados artísticos, pero acaba por llamar la atención de la policía. La autora se sirve de una situación trivial, como son ciertas desavenencias conyugales leves, para desencadenar una acción opresiva y sinuosa en la que las elucubraciones de una mente alterada provocan consecuencias imprevisibles. El argumento está hábilmente desarrollado, con una técnica que atrae y asombra por su tortuosidad. El estilo, sobrio, sencillo y poco expresivo, se adapta perfectamente al tono ambiguo de unos personajes y unas situaciones llenos de puntos oscuros y a una ambientación donde, tras una realidad poco problemática, se ocultan unas siniestras y amenazadoras maquinaciones. La autora analiza con frío humor la necesidad de complicarse la vida que tienen algunas personas, incapaces de disfrutar de una existencia vulgar. Exagera hasta la caricatura esta tendencia pero el fondo de su crítica es real.

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