DESTRUCCIÓN MASIVA

A estas alturas de siglo, ya nadie duda que la intervención militar estadounidense en Irak (2003) fue por intereses económicos. Es decir, una petroguerra que se justificó con muchísimas falsedades para ganarse la opinión pública (como las no encontradas armas de destrucción masiva), y para dinamitar “legalmente” los principios de integridad territorial e independencia política de los Estados estipulados por la ONU en la carta de San Francisco; que en otras ocasiones han defendido a capa y espada como parte de su juego geopolítico.
Destrucción masiva, del periodista Fernando Rueda, es una muy buena novela basada en hechos reales que narra los entresijos del conflicto iraquí a través de la historia de ocho héroes del CNI que dieron su vida por la verdad y por la seguridad del mundo: “El motivo de la guerra ha sido el petróleo. Sadam se lo iba a vender a varios países y cuando los americanos se enteraron dijeron: ‘nosotros ponemos los muertos y otros se van a llevar los beneficios’”.
Alberto Martínez y José Antonio Bernal son los protagonistas principales de esta obra, en la que también intervienen otros compañeros del Centro Nacional de Inteligencia. Dos espías que aterrizan en el año 2000 en Bagdad para recabar información sobre el régimen de Sadam Husein. Tras los terribles atentados del 11 de septiembre en EE.UU, y el posterior ataque a Afganistán (2001) para encontrar al terrorista Osama Bin Laden, el presidente George Bush decide invadir Irak después de hacer creer que tenían armas de destrucción masiva; además de la posible colaboración del dictador iraquí con el cerebro de los atentados.
En este contexto, los agentes investigan para el Gobierno español las informaciones, poniendo en evidencia la verdadera intención de la conflagración y destapando, por otro lado, las tropelías de la dictadura iraquí hacia su pueblo: persecuciones, torturas, violaciones, asesinatos, amenazas, desapariciones y otros crímenes contra la humanidad. A lo largo de la novela, Rueda callejea por los barrios y avenidas de la ciudad de las mil y una noches describiendo su atmósfera y mostrando el trabajo de campo del espía (fuentes, situaciones extremas, estrés…), la complicada vida familiar y los valores que encarnan (patriotismo, lealtad, valentía, responsabilidad, esfuerzo y perseverancia).
Finalmente, al hilo de la muerte de los agentes especiales, el autor envía unos cáusticos dardos al CNI y al Gobierno de entonces: ¿cómo es posible que los agentes, tan importantes para la seguridad de las tropas españolas, no llevaran vehículos blindados en sus desplazamientos? ¿Por qué no había un plan de respuesta para hacer frente a un eventual ataque? ¿Por qué España apoyó la Guerra de Irak aun sabiendo que no había armas químicas y de destrucción masiva? En definitiva, un libro que novela un capítulo clave de la historia del servicio de inteligencia, de la historia reciente de nuestro país y la del mundo.

Pablo Ortiz