DIARIO DE MARCOS

Este veterano periodista, licenciado también en Filosofía y Letras y en Teología, nos ofrece la vida de Jesucristo contada desde cerca. El evangelista san Marcos no formó parte del colegio apostólico, pero se cuenta entre el grupo de primeros seguidores de Jesucristo y aparece en los Hechos de los Apóstoles junto a San Pablo en el primer viaje apostólico. Más tarde lo acompaña en Roma, donde estuvo también con San Pedro.
Abel Hernández sugiere que el propio Jesucristo le encarga a Marcos que tome notas de sus andanzas y de su predicación para que sirvan para las generaciones posteriores y a esta tarea se aplica, unas veces como testigo directo y otras averiguando lo sucedido a través de los apóstoles o de otros seguidores del Maestro.
El texto se divide en cuarenta y siete capítulos bastante breves y sigue con fidelidad el evangelio del propio san Marcos. Abel Hernández no inventa nada, va recorriendo la vida de Jesús y solo añade pequeños matices e impresiones fruto de su propia vivencia evangélica. No hay afán de erudición, solo aporta los datos precisos que sitúan las escenas en el entorno de la época. Logra plasmar con acierto cómo la mirada de Marcos se van transformando al ir conociendo al Maestro, desde el asombro inicial ante su poder y su doctrina, a la fascinación, pero con la conciencia clara de que es testigo de un gran misterio que cambiará el mundo. Nos muestra a Jesucristo feliz en Galilea junto a la gente corriente, en medio de las tareas del campo, de la pesca..., en contraste con lo que sucede en los viajes a Jerusalén, donde la tensión, la hipocresía y el progresivo rechazo de las autoridades religiosas van dejando una ingrata atmósfera de opresión y peligro.
Con buena prosa, el texto se lee con gusto y facilidad y puede ayudar a un público amplio a meterse en las escenas evangélicas, como algo vivo, siempre actual, que nos interpela hoy como ayer.

Luis Ramoneda