DÍAS DE REYES MAGOS

Un estudiante madrileño de dieciséis años, hijo único de unos padres que no se llevan bien entre sí, manifiesta su rebeldía ante esta situación faltando a clase en el instituto y dejando de estudiar. Sin embargo, un ciego que pide limosna en el metro le contrata para que le lea libros clásicos, y así le devuelve el interés por el mundo intelectual.
La obra, ganadora del premio Lazarillo en 1998, está escrita con un estilo de notable calidad y aparece con una excelente presentación editorial, en la que destacan sus numerosas ilustraciones. A lo largo de toda la acción, desarrollada con fluidez técnica, prevalece la lectura como elemento primordial en las relaciones de los personajes, para los cuales el amor a títulos inmortales actúa como estímulo para superar las dificultades de la vida y suplir amargas carencias afectivas.El autor logra transmitir de modo eficaz esta convicción de la importancia de leer, siempre que se adopte una actitud selectiva estricta, pero lo hace a cambio de debilitar los demás elementos de la trama y de perfilar de modo poco coherente a los personajes. Como consecuencia, el argumento ofrece aspectos poco verosímiles, y los padres del protagonista presentan actitudes humanamente nada favorecedoras en su papel de educadores y como matrimonio hasta el último momento, en que incluso se apunta la hipótesis del suicidio.

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