DIEZ LUNAS BLANCAS

Diez lunas blancas es un ensayo literario sobre la maternidad escrito por la editora Phil Camino, fundadora de La huerta grande. A la autora, madre de cinco niños, en una ocasión, alguien le pregunta por qué ha tenido tantos hijos. Si en principio Camino contesta de manera rápida y un poco manida, cuando se para a pensar comienza casi sin quererlo a escribir, desde la memoria y desde sus entrañas, un breve pero bello ensayo sobre la maternidad en el que tiene un lugar especial el recuerdo de su segunda hija, Jimena, fallecida a los pocos días de nacer debido a una lesión del corazón. Este pedazo de literatura íntima cobra forma en la ciudad de Nueva York donde la autora decide desplazarse junto con toda su familia en un exilio emocional que le servirá para identificar y describir sus sentimientos y, bajo la luz del puente de Queensboro y el azul de las noches de Manhattan, meditar sobre ellos.
Este ensayo de Phil Camino tiene vocación atemporal pero hoy más que nunca es actual en un momento en el que el concepto de maternidad se encuentra bajo sospecha por ser el centro de un debate entre posturas diametralmente opuestas: la que la interpreta como un lastre de la condición femenina y aboga por extirparla de su naturaleza; y la que la percibe como condición sine qua non para la realización de la mujer. En este escenario, Phil Camino ofrece una visión, por su enfoque poliédrico, más auténtica y original de la condición femenina, de la vivencia personal de la maternidad y de lo que supone en realidad ser madre. Este libro es un manifiesto que supera con creces algunos de los testimonios de moda recogidos con demasiada facilidad en supuestos bestsellers centrados en torno a los testimonios de mujeres que se arrepienten de haber sido madres. El ensayo de Camino se puede clasificar además como un canto a la intimidad frente a la pornografía sentimental que se exhibe a diario en las redes sociales. El recorrido de esta obra es más profundo de lo que su extensión podría hacer pensar. El lector podrá saborear las palabras y se dejará llevar por el ritmo que impone la prosa, delicada y contundente al mismo tiempo, de la autora, cuando habla sobre la familia, los recuerdos de infancia e incluso cuando manifiesta su difícil renuncia a un mundo de entrega total a la Causa (la literatura) por no estar dispuesta a renunciar a tesoros tan valiosos como puede ser la sonrisa cotidiana de un hijo.

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