DILEXIT NOS ENCICLICA AMOR HUMANO DIVINO
CARTA ENCÍCLICA SOBRE EL AMOR HUMANO Y DIVINO DEL SAGRDO CORAZÓN DE JESUCRISTO
Papa Francisco8,00 €
- Editorial: ROMANA EDITORIAL, S.L.
- Año de edición: 2024
- Materia: Religión
- ISBN: 978-84-19240-20-0
- Páginas: 144
- Colección: < Genérica >
- Idioma: Catalán
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FranciscoRomana presenta "DILEXIT NOS", la nueva Carta Encíclica del Papa Francisco, que ha sido firmada el pasado 24 de octubre de 2024, un nuevo documento pontificio magisterial relativo al Sagrado Corazón de Jesús, a los once años y siete meses de su elección como Pontífice.«Dilexit nos», «Nos amó», la cuarta Encíclica del Papa Francisco, retoma la tradición y actualidad del pensamiento «sobre el amor humano y divino del Corazón de Jesucristo», invitándonos a renovar su auténtica devoción para no olvidar la ternura de la fe, la alegría de ponerse al servicio y el fervor de la misión: porque el Corazón de Jesús nos impulsa a amar y nos envía a los hermanos. Francisco explica que, encontrando el amor de Cristo, «nos hacemos capaces de tejer lazos fraternos, de reconocer la dignidad de todo ser humano y de cuidar juntos nuestra casa común», como nos invita a hacer en sus encíclicas sociales Laudato si ' y Fratelli tutti (217). La Encíclica recuerda de nuevo con san Juan Pablo II que «la consagración al Corazón de Cristo «debe asimilarse a la acción misionera de la Iglesia misma, porque responde al deseo del Corazón de Jesús de propagar en el mundo, a través de los miembros de su Cuerpo, su entrega total al Reino». En consecuencia, a través de los cristianos, «se derramará el amor en el corazón de los hombres, para que se edifique el Cuerpo de Cristo que es la Iglesia y se construya también una sociedad de justicia, paz y fraternidad» (206).El texto concluye con esta oración de Francisco: «Pido al Señor Jesús que de su santo Corazón broten para todos nosotros ríos de agua viva para curar las heridas que nos infligimos, para fortalecer nuestra capacidad de amar y de servir, para impulsarnos a aprender a caminar juntos hacia un mundo justo, solidario y fraterno. Esto hasta que celebremos juntos con alegría el banquete del reino celestial. Allí estará Cristo resucitado, que armonizará todas nuestras diferencias con la luz que brota sin cesar de su Corazón abierto. Bendito sea siempre!» (220).
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