DON DE LENGUAS

“Don de lenguas” es una novela policíaca en un entorno costumbrista, la Barcelona de 1952. El cadáver de Mariona, viuda de la alta burguesía catalana pasa a ser el caso de Castro y el nuevo artículo de Ana Martí, periodista de La Vanguardia. Ésta investiga por su cuenta, a pesar de que Castro le deja poco margen de maniobra, por ser mujer en unos tiempos en los que era difícil encontrar alguna que trabajara y por estar atado por una serie de órdenes de la fiscalía. Ana consigue la ayuda de su prima, filóloga, que por el estudio de unas cartas, llegan a descubrir el asesino. Descubren a la par las maniobras de poder y de influencias que había entre fiscales y gobernadores para tapar los abortos de mujeres de la burguesía barcelonesa, resultado de sus aventuras extraconyugales.
La novela está situada en el contexto político del Movimiento nacional y menciona la proximidad de un Congreso eucarístico; es decir, situaciones en las que se quería mostrar la mejor fachada de la ciudad por parte de los altos cargos, sin detenerse en nada. Las escritoras han hecho una novela costumbrista en la que muestran con cierta suavidad unos hechos mientras critican otros veladamente, como la actuación de esos paladines de la moral que luego engañan y mienten y tienen amantes. Las mujeres sólo dedicadas a sus maridos, son presa fácil de unos desaprensivos que las engañan; en cambio, Ana y su prima, trabajadoras e intelectuales, logran solucionar un caso que la policía ha dejado a medias. Se arriesgan, entran en casa ajena, sufren chantaje y son perseguidas a muerte: todo ello sin demasiada violencia, sino con un costumbrismo y relajación acorde con la época que retratan. Las protagonistas parecen el álter ego de las propias escritoras, filólogas ambas y buenas amigas.

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