¿DÓNDE VAMOS A BAILAR ESTA NOCHE?

El escritor Javier Aznar (Santander, 1985) colaborador en diversos medios de prensa (Elle, Vanity Fair, GQ) reúne en ¿Dónde vamos a bailar esta noche? alrededor de medio centenar de artículos breves donde se recogen, a modo de apuntes personales, impresiones y recuerdos suscitados al hilo de la realidad cotidiana.
Cualquier ocasión sirve al autor de motivo para expresar, con depurado
estilo narrativo, algunas de las sensaciones y vivencias que más
influyeron sobre él, tanto en sus primeros años de infancia en Santander como posteriormente en el desempeño de su intensa actividad periodística. Los emocionados intercambios de cromos deportivos, los partidos de fútbol en el equipo de colegio y los ilusionados amores adolescentes, alternan con las agitadas actividades derivadas del ejercicio de su profesión. Las calles, avenidas y aeropuertos de Madrid, Londres y Nueva York, se convierten en testigos mudos de escenas pintorescas y situaciones comprometidas que Javier Aznar describe de forma atractiva sin perder en ningún momento su acusado sentido del humor y fina capacidad de autocrítica. No esconde sus fallos o errores de cálculo, ni oculta las experiencias negativas que muestran una veces su falta de previsión y otras la excesiva confianza en sus propias facultades. Con frecuencia, y en ocasiones de forma inesperada, se vio envuelto, a su pesar, en conflictos derivados de la debilidad ajena, bien a cargo de amigos desaprensivos o personas irresponsables, bien otras veces debidos a despistes propios que solo la buena suerte impidió llegar a mayores. Tampoco faltan episodios divertidos como las compras desafortunadas, almuerzos accidentados, aficiones futbolísticas (se declara partidario del Real Madrid), películas de culto, actores, directores, intérpretes de la canción moderna que ocupan el interés del autor según las circunstancias de tiempo y lugar. Le sirven además, como pretexto para superar el puro hecho anecdótico y poner de relieve las contradicciones de la naturaleza humana, sin caer por ello en una visión amargada o triste de la existencia. Pese a la aparente frivolidad de algunas de las escenas ambientadas en lugares públicos o fiestas populares, de ellas extrae jugosos comentarios que muestran una velada crítica, teñida de suave ironía, de las actitudes egoístas y falta de elegancia que prevalecen en determinados ambientes de la sociedad actual. El carácter circunstancial e intimista de los artículos no favorece la propuesta de alternativas morales que, por otra parte, quedan al margen de los propósitos, meramente testimoniales, del autor. El lenguaje suelto y ágil de Javier Aznar le permite reflejar con sencillez y precisión los detalles ambientales donde transcurren las acciones descritas, que se completan con frecuentes referencias textuales a letras de canciones, o reproducción de citas de escritores, ensayistas, novelistas o directores de cine.

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