DUCHAMP

Aventuras de un joven parisino que trabaja en un parque de atracciones en las afueras de la capital francesa. Los engaños y trucos de la feria se repiten de modo paralelo en la vida real de Pierrot, que vive al día, solo, dejándose llevar por los acontecimientos y aceptando con el mismo ánimo los frecuentes fracasos que los escasos aciertos de su vida. El original de la obra data de 1945.
Queneau (1903-1976), que asimiló primero influencias surrealistas, luego de la corriente del absurdo y después de Lacan, crea una atmósfera narrativa en la que el realismo y el humor se combinan con un cierto clasicismo de fondo y una rica fantasía imaginativa. El protagonista, de extracción típicamente popular, se ve arrastrado por una rueda de situaciones esperpénticas que expresan metafóricamente el sinsentido de la vida y la incapacidad del ser humano para controlar el rumbo de su existencia. En la forma, su estilo es una peculiar mezcla de juegos fonéticos, contrasentidos, piruetas léxicas y reelaboraciones del habla coloquial que suponen un reto para el traductor, que ha realizado con bastante éxito su tarea.
El autor se preocupa más por los alardes de estilo que por el trazado psicológico de los personajes o los temas de fondo. Sin embargo, tras su postura irónica e indulgente para con los Pierrots y Arlequines que hacen reír en la gran feria del mundo hay una amargura escéptica de raíces muy profundas que serían demoledoras por su nihilismo si se las hubiera hecho llegar a sus últimas consecuencias, cosa que aquí no sucede.

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