DUELO DE ALFILES

En El arte de la fuga, Vicente Valero (Ibiza, 1963), excelente poeta, reunía tres historias sobre la muerte de San Juan de la Cruz en Úbeda; sobre la huida de Hölderlin desde Burdeos a Stuttgart, en 1802; y sobre la noche del 8 de marzo de 1914, en que Fernando Pessoa concibe a Alberto Caeiro, su primer heterónimo.
En Duelo de Alfiles, con un estilo parecido, relata cuatro viajes y los motivos que lo llevaron a realizarlos: a Dinamarca, tras las huellas de los meses en que Walter Benjamin pasó con Bertolt Brecht y su familia en la isla danesa de Fionia, en 1934; a Turín, donde Nietzsche vivió durante unos meses de 1888 y 1889 y escribió sus últimos textos poco antes de perder la razón; a Munich, donde Kafka leyó, con poco éxito, uno de sus relatos en 1916; y a Zürich y el castillo de Berg and Irchel, donde Rilke se trasladó para intentar terminar las Elegías de Duino en 1921. Pasado y presente están bien entramados, al hilo de anécdotas, descripciones y reflexiones del autor.
Además, los cuatro relatos tienen un hilo conductor en el ajedrez, al que Vicente Valero es un buen aficionado, y que aporta originalidad y algunas anécdotas bastante sorprendentes y divertidas, como el encuentro del escritor con un matrimonio turinés. La prosa de Vicente Valero es muy elegante, el libro se lee con mucho agrado y gustará sin duda a cualquier persona un poco culta.

Luis Ramoneda