EL ALCALDE DE CASTERBRIDGE

Un labrador que, en compañía de su mujer y su hija, va buscando trabajo, en un momento de embriaguez las vende a un marinero. El reencuentro de estos personajes, dieciocho años más tarde, desencadenará una larga serie de complicados acontecimientos.
Hardy (1840-1928) ha escrito una novela bien planteada y resuelta, cuya acción crece y se complica con las extremosas reacciones del protagonista, las obligadas coincidencias y casualidades (cuidadosamente justificadas, cuando ello es posible), secretos y demás elementos propios de las narraciones de la época. Escrito con un estilo sobrio y correcto, el relato se desenvuelve con notable precisión, sin que decaiga la tensión en ningún momento.
La marcha de la esposa del protagonista con el marinero se explica por su gran ignorancia, que la lleva a creer que está obligada a convivir con su nuevo "dueño". El autor describe con agudeza las reacciones de la gente del pueblo, a la que presenta como variable, propensa a los extremismos, envidiosa y compasiva a la vez.

© Reseñas bibliográficas Fundación Troa