EL ARTE DE SER HUMANOS

David Bueno Torrens (Barcelona, 1965) es doctor en Biología, fundador de la cátedra de Neuroeducación UB-EDU1st, profesor e investigador en la Sección de Genética Biomédica Evolutiva de la Universidad de Barcelona. También ha sido investigador en la Universidad de Oxford y en otras universidades de USA. Es autor de ensayos de divulgación, entre ellos El cerebro del adolescente o Neurociencia para educadores. En 2023 recibió el Premio Josep Pla. Es la primera vez que un ensayo científico gana este premio.

En el libro el autor conecta ciencia con humanismo y propone un viaje a través de las artes.
El arte nació con nuestra especie, forma parte de nuestro cerebro. El cerebro humano es plástico maleable, cualquier actividad favorecerá la maduración de ese órgano. Aquí encontramos las Artes. Es necesario ver la importancia de las Artes en nuestras vidas y en la enseñanza. Por eso quizás llamarnos homo sapiens no nos hace únicos, pero sí que somos los únicos que hacemos manifestaciones artísticas, así pues sería mejor llamarnos homo artisticus. La ciencia puede ser un arte, pero debe seguir un método estricto. En cambio, las artes reúnen todas las actividades en procesos como la creatividad, la abstracción y la flexibilidad. El libro trata mucho de las Artes y sus efectos sobre el cerebro, justifica que la ciencia y la filosofía, las matemáticas, incluso la lectoescritura y el lenguaje oral deben ser consideradas como actividades artísticas de nuestro cerebro.

El sistema educativo debería integrar las artes en pequeñas píldoras. Otro rasgo importante es la memoria, hoy en día muy banalizada. Muchos filósofos se han interesado por la memoria. David Bueno piensa que la memoria es necesaria en el aprendizaje. Hay que recordar cosas para poder aplicarlas de forma flexible y creativa. En cambio, repasando el sistema educativo piensa que no es una buena estrategia pedagógica separar demasiado pronto a los alumnos entre materias científicas y artísticas. El arte abstracto activa todo el cerebro, es importante tenerlo en cuenta. En el plano psicológico, el teatro y la danza proporcionan una oportunidad única para el autoconocimiento, incrementan la empatía y la comprensión social.

El autor, biólogo, nos muestra unos buenos conocimientos artísticos, repasa desde las pinturas del Paleolítico, pasando por el arte africano, hasta los impresionistas, la abstracción y ahora Banksy. Desde la música de Haydn a Shostakóvich o Pau Casals. Gran lector de poesía. Y es que una de las funciones cognitivas de las artes plásticas es ayudar a observar el mundo. El arte tiene capacidad para comunicar, provocar emociones y significados sin depender de la palabra escrita. Se lamenta que perdamos la capacidad de hablar, de hacer frases complejas, elaboradas, con metáforas... Si queremos pensamiento complejo, enseñemos a la juventud a hacer frases subordinadas. La tecnología (las pantallas) ha sido adversa en ese caso.

Reivindica el juego también, dice que es el arte de aprender a través de la curiosidad y el empoderamiento. Estimula la plasticidad neuronal, hace que se libere dopamina, fomenta la resolución de problemas, la creatividad.

Nos invita a no buscar la felicidad, es efímera, es mejor disfrutar del bienestar constante. Un buen poema puede disparar la dopamina, la serotonina y la oxitocina. De hecho, como dice David Bueno: "vivir es un arte" y "educar es un arte".

Libro de ideas fascinantes, seguramente obvias, pero difíciles de poner en marcha. Su lectura necesita ratos, reflexiones, buenos conocimientos científicos, artísticos, literarios, filosóficos, musicales... con todo el autor comunica muy bien.

Carme Solsona