EL ATAQUE DE LA CUCARACHA GIGANTE

A los once años, Daniel, huérfano de padre, es el único ser de sexo masculino que vive en su casa. El resto son mujeres: bisabuela, abuela, madre veterinaria de profesión y tres hermanas, dos mayores y una menor que él. Un día experimenta un curioso fenómeno: tras comer un plato de gulash, preparado por la bisabuela, su tamaño se reduce de repente a unos pocos centímetros. Aunque el fenómeno no dura mucho, se repite con cierta frecuencia, y para su mayor asombro, le permite descubrir que tiene un hermano gemelo que nació muy pequeño y no ha conseguido crecer. Sólo la bisabuela conoce su existencia y es quien lo cuida, porque no se ha atrevido a revelarle a su nieta que tuvo un hijo en esas condiciones. La obra narra el progresivo cariño que surge entre los dos gemelos que, salvo en el tamaño, son muy parecidos y se complementan muy bien. Por primera vez, Daniel cuenta, no sólo con un ansiado hermano, sino con un aliado para oponerse a la tiranía doméstica impuesta por sus hermanas. Prueba de eso es la operación conjunta que organizan para soltar una cucaracha gigante en la fiesta que ofrece en casa su hermana mayor, de la que ésta ha exigido a Daniel que se mantenga alejado. Escrita con una muy lograda mezcla de humor y ternura, la historia, ingeniosa y amena, cuenta con unos personajes psicológicamente bien perfilados. La coquetería femenina de las hermanas adolescentes, la pasión por los animales de la madre y los resabios ecologistas de la abuela, forman un divertido contraste con el sentido común de la bisabuela y de los gemelos, crean un clima familiar un tanto extravagante pero, a pesar de todo, sólidamente unido. Bien escrita, la historia encierra un claro mensaje educativo respecto a la aceptación de niños que nacen con anomalías físicas y además, va acompañada de un apéndice de actividades de taller de lectura que ayuda a su comprensión.

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