EL BUCANERO DE BOMBAY

El bucanero de Bombay, título de uno de los relatos que el autor indio Satyajit Ray escribió entre 1965 y 1992 da nombre también al conjunto que ha reunido Siruela en esta compilación. De una manera casi espontánea, el detective indio Feluda se ve envuelto en una serie de misterios que tendrá que resolver siempre acompañado de su sobrino Topshe quien desde la más absoluta admiración los relata en primera persona. A ambos se unirá Lalmohan Babu, un escritor de novelas de misterio que tiene en Feluda un alter ego a quien consultar cómo hacer más interesantes y verosímiles sus tramas para luego poder venderlas con éxito a sus editores. Además, en más de una ocasión será el propio Lalmohan Babu quien hará de detonante de algunas de las situaciones rocambolescas en las que se verán inmersos sus compañeros y amigos.
Siruela edita con mucha elegancia esta compilación de relatos que parecen una adaptación india de las aventuras de Sherlock Holmes en la que el protagonista, al igual que el célebre detective inglés, también destaca por su capacidad de observación y su agudeza e inteligencia a la hora de interpretar los sucesos que ocurren a su alrededor. Además, los escenarios en los que se desarrolla la acción así como el lenguaje utilizado permiten al lector familiarizarse con la realidad social y la geografía india, si bien en ocasiones puede resultar difícil seguir la trama con fluidez por la frecuencia con la que se intercalan nombres de personas y lugares locales. Al más puro estilo de las historias detectivescas, Ray introduce detalles que el lector tratará de captar como sólo lo sabe hacer Feluda, quien sorprenderá constantemente a sus compañeros de viaje con la resolución inesperada de cada misterio. Teniendo en cuenta la complejidad de las tramas y que los algunos de los relatos fueron escritos hace más de cincuenta años, el público que mejor sabrá apreciar esta obra será el formado por jóvenes de al menos catorce años. A pesar de que el ritmo puede resultar un poco arduo para el lector, sorprende por su actualidad la relación que plantea entre el detective protagonista y el autor de novelas de éxito, un planteamiento bastante habitual hoy en día en algunas series de televisión. Este último aspecto puede deberse a la formación cinematográfica del autor que además de escritor e ilustrador fue director de más de treinta largometrajes recibiendo entre otros premios un Óscar honorífico en 1992.

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