EL CABALLERO ENAMORADO

Sancho Panza, al morir Don Quijote, se ve urgido por su mujer a encontrar un nuevo señor capaz de ofrecerle un sueldo que le permita mantener a la familia. Después de varios intentos fracasados, le pide ayuda al cura del lugar, viejo amigo del fallecido Alonso Quijano, quien le facilita una carta de recomendación para un hidalgo, vecino de una villa cercana, que ha perdido al capataz de sus tierras y necesita sustituirlo. Para cubrir la plaza entra al servicio de don Juan Trujillo, viudo doliente desde que, quince años atrás, murió su muy añorada mujer. Al saber que Sancho fue escudero de un caballero andante, decide asumir el mismo noble oficio y lanzarse a los caminos con tan experto escudero, dispuesto a buscar entuertos que necesiten ser enderezados.
Carlos Goñi, en esta obra, concebida como un homenaje al Quijote en el IVº Centenario de la muerte de Miguel de Cervantes (1547-1616) imagina que la publicación de las aventuras del Ingenioso Hidalgo ha despertado en algunos de sus lectores el afán de imitarlo. Don Juan Trujillo, que actúa con el nombre de “Don Trujo del Jabalón” por el río que baña sus tierras en compañía del “Buen Sancho” entran pronto en contacto con dos de estos imitadores, conocidos como “Don Cortés Caballero” y “Don Palmaquino de la Manchuela” y juntos o por separado, según los casos, viven variados y peligrosos lances de armas en circunstancias donde la fantasía juega un papel más importante que la realidad. Carlos Goñi, autor de ensayos y obras de divulgación educativa, funde en esta novela el espíritu del Siglo de Oro con la mentalidad de los lectores actuales, jóvenes o adultos. La ambientación responde, en líneas generales, a la época cervantina pero la perspectiva temática, el perfil de los personajes y la técnica narrativa se manifiestan claramente actuales. Esta aleación de elementos, clásicos y contemporáneos, da como resultado una novela divertida y de lectura mucho más fácil, hoy en día, que la del título en que se inspira. En calidad literaria no alcanza la misma altura que éste, pero su contenido puede acercar a su mundo a sectores de público muy amplios. El autor ha conservado el carácter paródico y humorístico que movió a Cervantes a resucitar las ya en su época anticuadas Novelas de Caballerías. Lo que no ha pervivido es el sabor de época, la riqueza del estilo y las reflexiones filosóficas y sociales propias del comienzo del Barroco y de la decadencia imperial de España.

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