EL CASO COLLINI

Al joven e inexperto abogado de Berlín, Caspar Leiden, le corresponde por el turno de oficio asumir la defensa en un extraño caso sin apenas precedentes en el foro. Fabrizio Collini, trabajador jubilado de la Mercedes Benz, se reconoce autor de la muerte de Hans Meyer, anciano y próspero empresario al que acaba de disparar en su habitación de un lujoso hotel. El asesino se niega a declarar ante el abogado defensor y espera la condena del tribunal que instruye la causa. Además de la actitud del supuesto criminal, Caspar Leiden descubre que le une a la víctima una antigua amistad a través de sus nietos, junto a los que ha compartido veladas familiares en época de vacaciones. Decide abandonar el caso, aunque los jueces no se lo permiten, de acuerdo con los acuerdos vigentes entre el colegio de abogados y los tribunales de justicia. La mayor dificultad estriba en conocer los motivos que impulsaron a Collini a cometer el crimen, ya que su autoría queda fuera de toda duda para fiscales y defensores. Leiden, a pesar de sus reservas contra el acusado, se ve obligado a cumplir su tarea. Realizadas las gestiones oportunas, descubre por fin las causas del asesinato. Durante las represalias contra los partisanos llevadas a cabo en Italia por los alemanes, durante la II Guerra Mundial, Meyer figuraba al mando de los piquetes que ejecutaron al padre de Collini. Juzgado Meyer por este hecho en 1969, quedó libre de cargos al haber prescrito esos delitos. Conocedor de la sentencia Collini, decidió tomarse la justicia por su propia mano, acto que consideraba un compromiso de honor. Al tiempo que el autor narra con estilo sobrio y sólidos fundamentos jurídicos el imaginario caso Collini, somete a debate los huecos y fallos de las nuevas leyes penales alemanas. De acuerdo con ellas y la tolerancia de los jueces, numerosos delitos cometidos durante el régimen de Hitler, quedarían impunes, pese a su reconocido carácter de crímenes contra la humanidad.

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