EL COLOR DE LOS ÁNGELES

En el cuarto centenario del nacimiento de Bartolomé Esteban Murillo, la periodista y escritora Eva Díaz Pérez publica El color de los ángeles, novela en torno a la vida del pintor. La acción arranca en 1682 cuando Murillo se cae del andamio pintando y durante su convalecencia desgrana su vida desde su niñez y adolescencia en Sevilla. Evoca sus inicios en los pinceles, su feliz matrimonio y también los infortunios familiares como la peste que se cobró la vida de tres de sus hijos cuyos rostros inmortalizó en algunas de sus obras. Bartolomé E. M. triunfa con cuadros de temática religiosa y también con oleos costumbristas sobre la realidad callejera; recibe numerosos encargos de mercaderes flamencos y se convierte en un consagrado artista del Siglo de Oro. Recuerda su relación, a veces amistosa, con personajes del momento como Velázquez, Valdés Leal, Alonso Cano, Herrero el Mozo, Miguel de Mañara, etc. Casi toda la novela transcurre en una Sevilla deslumbrante y bella pero que muestra su lado miserable y decadente. Con Murillo conviven un discípulo, Rodrigo de Salazar y un esclavo mulato que introduce a Rodrigo en atmósferas depravadas en las que, con la excusa del arte, algunos pintores buscaban efebos con fines viciosos. La consecuencia es que Bartolomé E. M. se verá envuelto indirectamente en una turbia trama de la que es absolutamente inocente.
La autora construye un relato introspectivo que desvela a un Murillo reflexivo que se interroga sobre su vida y su arte. A través de una prosa muy sensorial y un lenguaje rico, en ocasiones con un tono barroco adecuado a la época descrita, la narración recrea acertadamente y en base a una buena documentación la biografía del pintor, presentado como un hombre honesto e integro frente a la corrupción o la inmoralidad que asoma en estas páginas en alguna referencia inconveniente. Díaz Pérez fabula e incluye algunos elementos de ficción que entrelaza con otros reales en la trayectoria del pintor sevillano desde un punto de vista que refleja una vertiente del artista como alguien que supo humanizar y popularizar la pintura.

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