El noveno episodio de la serie de novelas infantiles titulada "Misterios romanos" trata de la investigación llevada a cabo por los protagonistas acerca de la desaparición de niños en Roma, que se supone han sido secuestrados para venderlos como esclavos. La persecución de los delincuentes, y sobre todo del jefe de la banda, concluye en la isla de Rodas, famosa por la gigantesca estatua que estuvo situada a la entrada de su puerto. La obra está bien tramada, cuenta con una correcta redacción en un estilo directo sencillo y ágil, trata un tema interesante y logra mantener la tensión de la intriga hasta el desenlace. A la vez que plantea un argumento de carácter detectivesco, la autora proporciona, como es habitual en esta serie, acertadas referencias culturales sobre la vida en el ámbito geográfico y social donde se desarrolla, durante el primer siglo de la era cristiana, todo ello sobre planteamientos de fondo muy correctos.
© Reseñas bibliográficas Fundación Troa
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