- Editorial: SUMA DE LETRAS
- Año de edición: 2014
- Materia: Novela histórica
- ISBN: 978-84-8365-657-0
- Páginas: 280
- Encuadernación: Bolsillo
- Colección: < Genérica >
- Idioma: Español
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Las relaciones entre el esclavo morisco Juan de Pareja y su señor, el pintor Diego Rodríguez de Silva y Velázquez (1599-1660) inspiran el relato que en forma novelada reconstruye la vida de estos dos personajes en la Corte madrileña de Felipe IV.
Cuando en 1623 se traslada Velázquez a Madrid desde Sevilla, reclamado por el rey como pintor de Cámara recibe el regalo de un adolescente, Juan de Pareja, esclavo de condición heredada de su padre que eligió voluntariamente ese estado para escapar de la expulsión de los moriscos en 1609. Destinado primero a funciones de criado en la casa de la familia pronto destacó por sus cualidades de ingenio y afabilidad que merecieron el favor del pintor y el cariño del resto de la servidumbre. Cumplidos los 17 años, decidió Velázquez incorporarlo como ayudante de su taller en el Real Alcázar con la misión de atender a la limpieza y al orden y repuesto de los materiales utilizados en la realización de las obras del pintor. En el trato con su señor, Juan aprendía las técnicas de dibujo y las mezclas de los colores al óleo que facilitaban la tarea del maestro y le permitían realizar sus primeros esbozos. La confianza entre el pintor y su ayudante aumentó con el paso del tiempo hasta el punto de convertirse este en colaborador fiel e inseparable de Velázquez en los diversos cometidos que le encomienda el monarca. Le acompaña a Roma en 1650 a donde se desplaza para adquirir obras de arte con destino a las colecciones reales y satisfacer encargos de ilustres personalidades que deseaban ser retratados por el famoso pintor. La emoción del ayudante se desbordó ante la solicitud de don Diego que le propuso dejar su imagen inmortalizada en una de las obras maestras del pintor hoy expuesta en el Museo Metropolitano de Nueva York: el Retrato de Juan de Pareja. Ese mismo año Velázquez firma el acta que le convierte en hombre libre aunque continúa al servicio, ya de modo voluntario, de su antiguo dueño. El estilo sencillo, suelto y ágil facilita la lectura de un relato pleno de valores humanos que muestra los conocimientos del autor sobre el arte y los artistas europeos del s. XVII.
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