EL EVANGELIO SEGÚN YONG SHENG

Dai Sijie (Chengdú, Sichuan, 1954) es un cineasta y novelista chino residente en Francia, país del que ha adoptado su lengua para escribir sus obras. Personalmente tuvo que sufrir junto con su familia el sinsentido de la Revolución Cultural de Mao Zedong, una época de su vida que queda patente en sus novelas, alguna de ellas censurada en su país.
El evangelio según Young Sheng es la última publicada por el autor. Recorre la historia de China a lo largo del siglo XX a través de su protagonista principal y unos secundarios magníficamente elaborados.
Young Sheng, hijo de un conocido carpintero por su habilidad en la fabricación de silbatos para palomas, nace en 1911 bajo el auspicio de una vida extraordinaria gracias a las semillas de aquilaria que plantó su padre el mismo día de su nacimiento. A la edad de cinco años, el niño es acogido como residente en la casa de misión del pastor protestante baptista de su pueblo para ser educado. Este hombre llegó algún tiempo atrás desde Estados Unidos con su esposa y su hija Mary. Ésta, sin embargo, es católica al haberse convertido a esta religión cuando se casó con un joven francés. Esta mujer impactará de una manera determinante en Young Sheng por su ambigua personalidad religiosa, con una especie de misticismo sacrílego y una moral perturbadora. La vinculación con esta familia le hará pasar a Young Sheng por momentos moralmente desconcertantes. Llegará a pedir el bautismo y estudiar para ser pastor como su mentor. Acontecimientos personales e históricos, crueles y perversos le harán recorrer un camino de mucho dolor y sufrimiento en relación con un Dios al que solo conoce confusamente a través de una fe endeble y normativa.
El estilo narrativo de Dai Sijie es extremadamente cuidado. La prosa, ligera, delicada y poética, consigue hacer la lectura muy agradable a pesar de la dureza de los acontecimientos.
La miseria moral de algunos personajes que por su condición debieran ser ejemplares, o las acciones impulsadas por la Revolución Cultural de gran crueldad y paroxismo lleva a la reflexión más que al rechazo que instintivamente provocan.
Literariamente es una obra de gran calidad a pesar del sobrecogimiento que algunos paisajes pudieran despertar.

Encarnita Herraiz