EL HOMBRE QUE SE CREÍA VICENTE ROJO

El hombre que se creía Vicente Rojo es la nueva entrega de Sònia Hernández, una breve pero intensa novela psicológica que se desarrolla en Barcelona. La obra está compuesta de dos partes que se completan mutuamente. La protagonista y narradora, de la que no se menciona el nombre, es una periodista abandonada por su pareja y con una hija de 15 años llamada Berta, una chica bastante problemática y pesimista que piensa que en su vida solo ocurren cosas desagradables. Entre ambas hay una relación tensa, parecen incapaces de comprenderse y cada una vive la soledad a su manera. Su madre intenta seguir destacando profesionalmente y está muy pendiente de las apariencias. Un día conoce al pintor mexicano Vicente Rojo, hijo de un republicano español que se exilió a ese país, pero nacido en Barcelona. Ella se interesa mucho por él y, tras una serie de conversaciones, en las que charlan sobre pintura y otras cuestiones de interés cultural le propone escribir un reportaje sobre su obra y teoría artística, a lo que él, sumamente enigmático, se muestra reticente. Por su parte, Berta detesta a Rojo y está obsesionada por tener en su casa una inmensa mascota que le haga compañía pero su madre se opone. La historia deriva en un juego de máscaras entre realidad e impostura con un sorprendente desenlace.
El relato, de gran calidad literaria, resulta muy poco convencional tanto por su temática como por el tratamiento narrativo. Hernández aborda los problemas familiares, la soledad, la incomprensión o la falta de autoestima desde un punto de vista original y plantea una reflexión acerca de la propia identidad y de la visión del arte y la estética con el recuso de una prosa y lenguaje cuidados. Una lectura interesante y distinta de lo que suele ser habitual.
Sònia Hernández (Tarrasa, 1976) es escritora y colaboradora del suplemento cultural de La Vanguardia.

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