EL HOMBRE SIN PASADO

Novela criminal de estilo costumbrista y ambientación psicológica.
Tormold MacDonald tiene Alzheimer y su esposa se ve incapaz de cuidarle. Mientras le llevan a una residencia descubren el cadáver de un hombre enterrado en el musgo esfagno o turba, en la isla de Lewis, en Escocia. El ADN de ese hombre tiene relación con Tormold y el cadáver tiene signos de violencia. Fin Macleod, de vuelta a la isla y a su vieja casa, investiga preguntando a los habitantes de la localidad y descubre que Tormold era un niño que vivió en un hospicio con su hermano retrasado al que su madre encargó que cuidara. Católicos ambos, se encontraban en un entorno hostil entre protestantes. El despertar sexual de Tormold en su adolescencia se trata en unas páginas algo descontextualizadas. Sacerdotes católicos decidieron llevar a varios chicos del hospicio a vivir con algunas familias, entre ellos Tormold y su hermano, a la isla de Lewis, un paraje lóbrego al noroeste de Escocia.
El descubrimiento al lector de lo que ocurrió desde que los hermanos son niños hasta que se produce el homicidio se hace a través de los recuerdos de Tormold, como unas memorias de un hombre que no es capaz de expresarse, pero que vive en su pasado.
El relato es áspero y triste, la desolación del paisaje se une a una tierra dura y de pocos recursos. El hombre enfermo e inadaptado, al que no se le quiere, está lleno de recuerdos amargos. La situación de los niños, despreciados por ser católicos, es dura. El autor trata temas de cierta importancia de modo leve, sin ser crítico ni tampoco hacer honor a la verdad histórica: parece que sólo son modos de ambientar una novela criminal costumbrista, pero no hacen justicia ni a los habitantes de esas islas ni a los que profesan esas religiones. Una novela triste y oscura.

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