En esta novela, una joven conoce en una fiesta a un hombre que resultará ser un delincuente, y es detenida por la policía bajo la sospecha de ser su cómplice. La divulgación por la prensa de estos sucesos, deformados, causará también daños a los parientes y amigos de Katharina.
El libro está escrito a modo de informe, minuciosamente, con un lenguaje sobrio y preciso, imitando la sequedad del estilo "oficial". La acción avanza y retrocede, girando siempre en torno a la divulgación de hechos, sospechas y calumnias por un reportero de "El Periódico", a quien Katharina acabará por dar muerte. El autor refleja con realismo los sufrimientos que una sospecha más o menos fundada puede acarrear a un inocente y a sus seres queridos.
El autor critica con dureza al llamado periodismo amarillo que, apoyándose en la libertad de prensa, ataca impunemente a los ciudadanos con las armas de la calumnia y el libelo, causando su descrédito y ocasionándoles problemas personales, familiares, profesionales y sociales. La crítica se extiende a la policía, a los lectores de la prensa sensacionalista, a los sacerdotes católicos, que aparecen en el libro como hombres duros e intransigentes, etc. En el tema de las relaciones sexuales hay una patente amoralidad de fondo.
© Reseñas bibliográficas Fundación Troa
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