EL INTRUSO

Relato autobiográfico sobre los acontecimientos más relevantes de la vida del novelista británico Frederick Forsyth (Ashford, Kent,1938) conocido por una serie de best sellers, iniciada con “Chacal”, sobre un supuesto atentado al general de Gaulle y seguida por nuevos títulos, como “Odessa”, “Los perros de la guerra” y “El cuarto protocolo”.
Forsyth se remonta en sus memorias a la figura de su padre, oficial del ejército al que agradece su labor formativa en el ámbito personal y profesional y al que declara admirar como ejemplo de valor, honradez y lealtad a sus principios. A él le debe los estudios en la academia del aire y su graduación como piloto de la RAF tras superar unas difíciles pruebas de un modo que le valieron el elogio de sus profesores. Su espíritu inquieto le llevó a matricularse en los cursos de español impartidos en la Universidad de Granada y ejercer el periodismo para la agencia Reuter en Alemania y en la BBC de Londres. En calidad de enviado especial fue destacado en 1967-68 en la guerra de Nigeria contra Biafra, donde se enfrentó a la versión oficial de su gobierno que, favorable a los nigerianos, permitió la masacre del pueblo biafreño. Relevado de sus funciones, desacreditado y sin trabajo, decidió probar suerte en el terreno literario con su primera obra de ficción, “Chacal” que, tras ser rechazada por varios editores fue publicada y llevada al cine con gran éxito. Forsyth, con una prosa ágil y chispeante, y cierto sentido del humor británico, describe los avatares sufridos en su carrera de narrador y guionista de cine en Hollywood, episodios que ilustra con divertidas anécdotas sobre personajes conocidos de la política, la literatura o el arte. Debido a su carácter secreto, limita al máximo las referencias a los servicios prestados a la Inteligencia británica a través del MI6, aunque de forma discreta alude a una misión de espionaje durante la guerra fría entre la Alemania Comunista y los Aliados Occidentales. El autor se muestra objetivo en sus juicios sobre los conflictos armados en los que se vio envuelto durante sus años de periodista y denuncia la ceguera de los políticos a los que acusa de falta de humanidad al favorecer las causas de los más poderosos movidos por intereses egoístas. Divorciado y vuelto a casar, se muestra excesivamente liberal respecto a las numerosAs aventuras femeninas que, en su juventud y debido a sus numerosos viajes, tuvo ocasión de mantener sin mayores compromisos y al margen de preocupaciones morales.

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