EL INVIERNO QUE TOMAMOS CARTAS EN EL ASUNTO

Ángeles Doñate se estrena como novelista utilizando el género epistolar aprovechando su amor por la letra manuscrita y su convencimiento en el valor de las palabras. El invierno que tomamos cartas en el asunto es una novela sencilla, que habla de ilusiones, sueños, aficiones y de una intimidad que sólo la pluma es capaz de trasmitir.
En el pueblo de Porvenir, Sara la cartera recibe un e-mail de sus jefes anunciándole su posible traslado a la capital porque la escasez de correo en el pueblo hace poco rentable mantener la oficina abierta. A la preocupación de Sara por sacar adelante a sus tres hijos lo mejor que puede desde que la abandonara su marido, se añade ésta. Pronta a cumplir los cuarenta, se ve incapaz de dejar el pueblo que la vio nacer y en el que ejerce su oficio desde hace veinte años. Es entonces cuando su vecina Rosa, viuda octogenaria que tiene a gala haber ayudado a Sara a venir al mundo, decide iniciar una cadena de cartas entre las vecinas del pueblo, pero con la condición de no llevar remitente. El fluir de los correos se presenta ante sus ojos como una buena táctica para hacer ver a los de la capital que la oficina debe seguir abierta en Porvenir.
La iniciativa de Rosa resulta ser una buena excusa para que los implicados abran su alma al resguardo del anonimato y escribir de aquello de lo que no se es capaz de decir.
Con esta novela Ángeles Doñate despierta en el lector el interés por el correo tradicional siempre lleno de intenciones. Las palabras cobran un valor especial con la música que desprenden al ser escritas sobre el papel en blanco donde el escribiente vuelca su alma. El resultado: misivas llenas de sueños, nostalgias, deseos de perdón, de recuperar el tiempo perdido y que solo el poder de las palabras logra conseguir.

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