EL LEGADO DE LOS ESPÍAS

Con el pseudónimo de John Le Carré el escritor David J. Cornwell (Poole, Reino Unido, 1931) alcanzó notable éxito con la serie de novelas protagonizadas por el maestro de espías George Smiley al frente de la división de Operaciones Encubiertas de los servicios de inteligencia británicos durante la Guerra Fría (1946-1999). En El legado de los espías, el papel central corresponde a Peter Guillam, un ex agente que fue el hombre de confianza de Smiley y que ya octogenario disfruta de su retiro en la granja familiar en la Bretaña francesa.
De forma inesperada se ve obligado a revivir los recuerdos de su pasado turbulento, cuando fue pieza esencial en misiones secretas de alto riesgo. Peter recibe una citación de la Oficina Central de Londres donde se le requiere para responder a un interrogatorio sobre ciertas irregularidades cuya responsabilidad se le atribuye. Años atrás los agentes Elizabeth Gold y su compañero Alec Leamas, fueron asesinados por los guardias de la República Democrática de Alemania ante el Muro de Berlín. Finalizada la Guerra Fría los hijos de los dos agentes fallecidos acusan al gobierno británico de haber provocado la muerte de sus padres. Sus abogados piden una indemnización millonaria bajo la amenaza de recurrir a los tribunales internacionales de justicia si no son atendidas sus demandas. Pese a su resistencia inicial, Peter Guillam accede a revisar los archivos del caso donde aparecen informes reservados o confidenciales con las órdenes de organismos y personas implicadas, entre las que aparecen tanto las firmas de George Smiley como la suya propia. Las imágenes del pasado, los momentos de angustia, los temores y la falta de ética que caracterizaba el juego sucio del espionaje frente al implacable enemigo comunista despiertan los fantasmas de un pasado que las nuevas generaciones europeas apenas llegan a comprender. Los motivos de la lucha contra el comunismo que impulsaban a los agentes de Operaciones Encubiertas al mando de hombres como Smiley, carecen hoy sentido una vez desaparecida la amenaza de la URSS. Peter, mientras examina sus informes y los resúmenes de alto secreto, reflexiona sobre el cambio de mentalidad de una sociedad que ha variado de forma radical su escala de valores. Por su fidelidad a unos principios que, en el pasado, justificaban el sacrificio de vidas humanas en defensa de la democracia, se condena ahora a quienes en su día fueron considerados héroes de la libertad. John le Carré acredita una vez más la calidad de un estilo literario depurado que logra transmitir las emotivas pasiones de unos personajes enfrentados a situaciones de crisis resueltas con magistral sentido de la intriga. Las aventuras amorosas de Guillam, mujeriego empedernido, transcurren con el tono ligero y superficial característico de las novelas protagonizas por agentes secretos aunque sin excesivos detalles realistas.

© Reseñas bibliográficas Fundación Troa