EL LOCO DEL BISTURÍ

El loco del bisturí de Yasmina Khadra es una novela protagonizada por el comisario Llob, adscrito a la brigada criminal de Argel, que se enfrenta en esta ocasión a un maníaco asesino en serie que mutilaba a sus víctimas de forma cruel y era el primero en comunicar a la policía sus crímenes.
La ausencia total de pruebas y la escasez de medios de que dispone el comisario, dificultan su tarea y crean un clima de alarma social ante la repetición de los ataques contra hombres y mujeres de distintas edades y clase social. Las investigaciones se ven afectadas por las fuertes presiones de las autoridades que solicitan y logran relevar a Llob, acusado de incapacidad y falta de cualidades para ejercer el cargo de comisario. Pese a todo, junto a su ayudante, Lino, logra identificar al asesino aunque cuando se disponen a detenerle, escapa a su control y amenaza con añadir nuevos crímenes a los ya cometidos. La trama policiaca se desarrolla con ritmo acelerado dentro de los recursos emotivos del género de intriga, con estilo ágil y divertidas referencias sobre unos personajes típicos de los ambientes musulmanes de la de la capital argelina. El desenlace convencional satisface las aspiraciones del lector que confía en el ingenio y astucia del protagonista para superar las dificultades que le plantea el sanguinario y escurridizo asesino. El autor refleja con ironía la mentalidad peculiar de la Argelia actual, cuyos habitantes, pese a rechazar la época del colonialismo francés, no han logrado después conservar la prosperidad y el nivel cultural de la época anterior. El novelista Mohamed Moulessehoul (Argelia, 1955) que firma su extensa producción literaria con el pseudónimo de Yasmina Khadra, se vio forzado a abandonar el ejército y solicitar refugio en Francia debido a las críticas dedicadas en sus escritos a un sistema que consideraba injusto y antidemocrático.

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